martes, 18 de diciembre de 2012


Unos pocos minutos antes de las cuatro, Peeta se vuelve a girar en mi direccion. “¿Tu color favorito…es el verde?”
“Eso es cierto.” Entonces pienso en algo que añadir. “Y el tuyo es el naranjado.”
“¿Naranjado?” Parece poco convencido.
“No naranjado brillante. Sino suave. Como el atardecer,” digo yo. “Al menos, eso fue lo que me dijiste una vez.”
“Oh.” Él cierra sus ojos brevemente, tal vez tratando de conjurar el atardecer, entonces asiente con la cabeza. “Gracias.”



Pero mas palabras salen en desorden. “Eres un pintor. Eres un panadero. Te gusta dormir con las ventanas abiertas. Nunca tomas azucar en tu té. Y siempre le haces doble nudo a los cordones de tus zapatos.”

Entonces me meto en mi tienda antes de que haga algo estúpido como llorar.

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